viernes, 13 de abril de 2012

¿Sabías que la palabra "vender" en el pasado, etimológicamente, significaba "dar" o "servir"?

Sí, así es. Cuando se hace correctamente, desde el corazón, vender es servir. Y sólo se convierte en un auténtico y genuino servicio si permites que los demás obtengan exactamente lo que desean y necesitan.

Y aquí entra una consideración. ¿Quién decide o dice que los demás necesitan lo que tu das?
Bueno, las personas toman sus propias decisiones. Y como un manifestador o comunicador efectivo que buscas ser, es tu trabajo informarles de todos los hechos (no mentiras) pero en una manera en que les atraiga comprarte. Sin importar lo que trates de lograr…

Vender es servir.
 Si quieres evitar que tus hijos entren en le mundo de las drogas, más vale que te conviertas en un gran vendedor, por lo menos mejor que el vendedor de drogas de la esquina.

Si tienes una relación sentimental y deseas que sea duradera, más te vale que tengas una visión de cómo quieres que sean las cosas y más vale que seas capaz de transmitírsela con inspiración a tu pareja, de tal forma que sea capaz de comprenderla, apreciarla y desearla también.

Lo que sea que quieres dar o ser en este mundo, para lograrlo eficazmente, hacerlo muy bien en general no es suficiente. Necesitas desarrollar una manera atractiva y efectiva de comunicar tus productos a los demás.

Vender es servir…
 Y cualquier que no sea darle a los demás todos los hechos en una forma que ellos encuentren atractiva, que los haga sentir bien… Bueno, eso no es servir.

Piensa en ello
 Vender, entonces, no es solamente acerca de servir a las personas, es acerca de comunicarse con efectividad y precisión, en una forma en que todos ganan.

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