jueves, 26 de mayo de 2011

COACHING

Hoy más que nunca, en las empresas hacen falta expertos capaces de anticipar escenarios futuros, interpretar contextos y analizar el comportamiento de los países en general. Y es que en este mundo globalizado con una realidad cambiante y vertiginosa en el día a día, lo mejor es colocarse firme.

Los actores de las empresas deben estar al pendiente del manejo de la política nacional, el crecimiento inflacionario, los estándares económicos mundiales, en fin, todos los temas candentes que reflejan el mapa en el que se mueve el país y del que muy seguramente son dependientes.
Las empresas no pueden perder la brújula y para ello se requieren managers excepcionales que además marquen el paso operando en contextos de incertidumbre y en cuestiones coyunturales que permitan reflejar a ciencia cierta lo que es la gestión empresarial.
Para lograr lo anterior las empresas necesitan desarrollar gente que posea un gran potencial directivo y con ello me refiero a:
-          Una persona capaz de desarrollar una visión estratégica, respetar valores y liderar eficazmente equipos de trabajo orientados especialmente al cliente.
-          Alguien que sepa conjugar acertadamente el ahora y el después. Que pueda vincular, medir y priorizar todas las variables que pueden afectar a la empresa y que tenga capacidad de actuar rápida y decididamente.
-          Saber anticiparse… la anticipación junto con la capacidad de planificación son requerimientos fundamentales del día a día.
-          Una capacidad de identificar claramente el rumbo y alinear al resto de la organización tras él. Hacer equipo y tener buena relación con el capital humano.
-          Hoy no alcanza con ser un buen administrador. Las empresas exitosas se diferencian por que ven más allá de lo que perciben sus competidores. La clave radica en poseer más allá de las competencias minimamente indispensables: visión de negocio, liderazgo y flexibilidad, entre otras.
Si los directivos comienzan también a fortalecer los planes de carrera, internos verán como evoluciona la compañía por dentro y esto hará que se fortalezca también su imagen externa.
Recordemos lo que sucedió en 2003 cuando el CEO de McDonald´s, Jim Cantalupo, murió repentinamente de un ataque al corazón. La compañía tardó tan solo unas horas para nombrar al sucesor y con ello tranquilizaron a los accionistas e incluso a los mercados.
Eso no sólo habló del poder de decisión de los directivos de la compañía, sino de que Cantalupo supo dejar formada a su gente para cualquier imprevisto.
Este tipo de compañías se distinguen del resto por poseer un mayor enfoque y planificación en cuanto a la sucesión general, las vicisitudes ocasionales y el compromiso con la búsqueda interna, la de explotar a la gente de adentro.
Por lo tanto las compañías nacionales deben buscar mejores directorios que desarrollen los valores agregados de la empresa si es que se quiere sobrevivir la inestabilidad del país. La clave siempre radica en estar fortalecidos con un directorio de gran rendimiento.
Las personas satisfechas y motivadas trabajan más y mejor. Esta afirmación puede parecer una obviedad, pero sólo se materializa cuando el director de la empresa así lo desea.
Es más, los expertos en psicología empresarial coinciden en señalar al jefe cómo el único responsable del éxito o del fracaso a la hora de conseguir un buen aspecto laboral y me parece que eso es lo que hace falta a las empresas mexicanas.

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