Porqué a Mí No Me Alcanza el Tiempo, y a Otros Sí
Creo que todos estaremos de acuerdo en que los seres humanos, de ahora y de siempre, hemos tenido veinticuatro horas cada día, ni un minuto mas ni uno menos, y que en ese lapso, hay quienes han logrado resultados extraordinarios de diversa naturaleza.
Sin embargo también resulta cierto, que a muchos de nosotros se nos escapa el tiempo, sin hacer nada significativo y sin saber porqué ocurre ello. Y nos sentimos frustrados e infelices, al percibir que estamos como en una trampa, de la que no sabemos como salir, y lo que es peor, de la que tal vez no saldremos nunca, y que probablemente impedirá la realización de nuestros sueños.
Pero lo mas extraño de todo esto, es que cuando hacemos una revisión al final de cada día, de las actividades que hemos realizado en este lapso, nos damos cuenta, que el tiempo lo hemos invertido -tal vez sin ser plenamente concientes de ello- en actividades que no son, o no deberían ser prioritarias, dejando de hacer aquello que si debería ser para nosotros, verdaderamente importante.
Por eso, lo esencial, lo que toda persona debe hacer en su vida, es preguntarse hasta obtener la respuesta, ¿Qué es lo que me haría sentirme realizado en la vida?
La respuesta correcta a esta pregunta, nos llevará a comprender, qué es lo fundamental para nosotros, y en esta identificación con nosotros mismos, también encontraremos muy probablemente el sentido de nuestra existencia, es decir nuestra MISIÓN.
Una vez ubicado este norte, podremos distinguir con mayor facilidad, las cosas que son verdaderamente importantes, de aquellas que no lo son, aunque pudieran presentarse con esa apariencia, y así utilizaremos nuestros días, de manera más eficiente y efectiva.
Stephen R Covey en su magistral libro “Primero lo Primero”-que todos deberíamos leer-, dice que la mayoría de las personas pasan la mayor parte del tiempo, haciendo cosas urgentes que no son importantes, y haciendo otras, que no son ni urgentes ni importantes. Señala que “cuando lo urgente es el factor dominante en nuestra vida, la importancia pierde valor, y consideramos que lo primero es lo urgente”
La comprensión de parte de nosotros, de lo que es verdaderamente importante, requiere en la generalidad de los casos, de un esfuerzo especial, que nos permita descubrir, cuales deben ser nuestras verdaderas metas y objetivos. El psicólogo norteamericano, William Moulton Marsden decía; “Comprenda qué quiere de verdad. Eso evitará que se ponga a cazar mariposas, y hará que ponga manos a la obra para extraer oro”.
Muchas “urgencias”, tienen que ver con nuestros paradigmas, con la percepción que tenemos del asunto que nos ocupa, así como con la necesidad de sentirnos bien, pensando que estamos siendo “útiles” y “exitosos”, simplemente porque estamos ocupados, y tal vez por ahí por algún reconocimiento; y eso nos hace sentirnos además importantes.
Entre las actividades que nos roban el tiempo, y que nos hacen vernos entrampados en una rutina aparentemente sin escape, se encuentra por ejemplo, ver TV en exceso, dedicarse a contestar llamadas telefónicas o ponerse a conversar largamente por este medio, estar dispuesto siempre a brindar nuestro tiempo por el motivo que fuere, a cualquiera que nos lo solicita, descuidando consecuentemente nuestras propias actividades etc.
Concluiremos diciendo, que la única forma de enrumbarnos correctamente, es saber lo que es verdaderamente importante para nosotros, establecer nuestras metas y objetivos para lograrlo, y empezar.
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