jueves, 26 de mayo de 2011

Liderazgo del nuevo siglo

Todos queremos ser exitosos, pero a veces no tenemos claro el camino a seguir para alcanzar el éxito. Aunque algunos piensan que el éxito está reservado para unos pocos privilegiados, en realidad puede ser alcanzado por todo aquel que determinadamente siga unos sencillos pasos. Los pasos para alcanzar el éxito varían según la persona porque lo que es exitoso y da la felicidad a algunos, no es lo que hace feliz a todos.
En una sociedad en la que la gente culpa a todos, desde sus padres hasta el gobierno por su incapacidad de salir adelante, debemos atisbar a los grandes líderes espirituales quienes asumen la responsabilidad por lo que ocurre en sus propias vidas afirmando que "Todo está a mi alcance, y depende de mí alcanzarlo". Debemos asumir la responsabilidad individual de la conquista de nuestro éxito, de nuestra felicidad y de nuestra misión de vida., es tomar conciencia de que al decir: Somos arquitectos de nuestra vida y de nuestro futuro. Esto será así en la realidad dependiendo de nuestra fe, paciencia, perseverancia y voluntad para hacerlo realidad. 
Voy a poner un ejemplo para que sea más pragmática la explicación: No hay que ser agricultor para saber el adagio: una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: "¡Crece!". Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo trasforma en no apto para impacientes: Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de solo seis semanas la planta de bambú crece mas de 30 metros, ¿Tardó sólo seis semanas crecer? No. La verdad es que se tomo siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años. Sin embargo, en la vida cotidiana muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo mientras la Alquimia Espiritual estriba sus bases sólidas en nuestro ser integral (cuerpo, alma, mente y corazón). Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. 
Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado o instante mágico, que es aquel en el cual el universo conspira a nuestro favor para el alcance de nuestros objetivos. De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creeremos que nada está sucediendo, en que estamos estancados en una rutina agobiadota y esto puede ser extremadamente frustrante. En esos momentos (que todos tenemos) es importante recordar la lección que nos da el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que mientras no quitemos la vista de nuestro objetivo, ni abandonemos por no ver el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo dentro de nosotros: estamos creciendo, madurando constantemente en nuestro presente. Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando este al fin se materialice en un futuro cercano.
El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros. Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia. Recuerde que nuestro tiempo es finito, las personas exitosas saben esto y en vez de deprimirse por ello, lo utilizan a su favor como un estimulo para perseguir sus metas con mayor fervor, pasión y dedicación., y usted también puede comenzar a hacerlo a partir de este mismo momento.
Sea desde hoy el Arquitecto de su Destino Diario, inclínese en descubrir sus talentos únicos que lo llevarán a poner en practica su propósito de vida y como una danza empezarán a ocurrir milagros en su vida. Recuerde que la vida es eterna y hemos venido para conocernos, interactuar, compartir y amarnos. Este momento en tu presente es único, así que vívelo y disfrútalo a plenitud porque es lo que al final del camino nos hará llegar a concluir que vivir ha valido la pena, la vida es bella y tu futuro está en tus manos. Regálate la oportunidad de ser feliz y conquistar tu felicidad. ¡¡¡Carpe diem!!! (Aprovecha el día).
Les dejo con el siguiente pensamiento de Kalidasa para su reflexión:
¡Mira a este día! Porque es la vida, la mismísima vida de la vida, En su breve curso, Están todas las verdades y realidad de tu existencia.
La bendición del desarrollo, la gloria de la acción, el esplendor de las realizaciones. Porque el ayer es sólo sueño. Y el mañana sólo una visión, Pero el hoy bien vivido hace de todo ayer un sueño de felicidad. Y de cada mañana una visión de esperanza ¡Mira bien, pues, a este día!
Tal es la salutación del alba.
Les recuerdo que el cambio o la transformación es natural al ser humano, nada es estático, todo fluye y vibra.

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