martes, 31 de mayo de 2011

Vivir no duele

Definitivo, como todo lo que es simple. Nuestro dolor no viene de las cosas vividas, sino de las cosas que fueron soñadas y que no se cumplieron.

Porque sufrimos tanto por amor? lo correcto seria que la gente no sufra, apenas agradecer por haber conocido una persona tan linda, que genero en nosotros un sentimiento intenso y que nos hizo compañía por un tiempo razonable, un tiempo feliz.

¿Porque sufrimos?

Porque automáticamente olvidamos lo que fue disfrutado y comenzamos a sufrir por nuestras proyecciones irrealizadas, por todas las ciudades que nos hubiera gustado conocer al lado de nuestro amor, y no conocimos, por todos los hijos que nos hubiera gustado tener juntos y no tuvimos,  por todos los espectáculos, libros y  silencios que nos hubiera gustado haber compartido y no compartimos. Por todos los besos cancelados, por la  eternidad.

 Sufrimos, no porque nuestro trabajo es desgastante y paga poco, sino por todas las horas libres, que dejamos de tener para ir al cine, para conversar con un amigo, para nadar, para enamorar.

Sufrimos no porque nuestra madre es impaciente con nosotros, sino por todos los momentos en que podríamos estar confidenciando con ella, nuestras mas profundas angustias y ella estuviese interesada en comprendernos.

Sufrimos no porque nuestro equipo perdió, sino por la euforia perdida.
Sufrimos no porque envejecemos sino porque el futuro nos esta siendo confiscado, impidiendo asi que mil aventuras nos sucedan, todas aquellas con las cuales soñamos y nunca llegamos a tener.

Como aliviar el dolor de lo que no fue vivido?
La respuesta es simple como un verso: Cada día  que vivo, me convenzo mas de que el desperdicio de la vida esta en el amor que no damos, en las fuerzas que no usamos, en la prudencia egoísta que nada arriesga, y que, esquivándose del sufrimiento, hace perder también la felicidad.

Si, vivamos intensamente cada día y sepamos agradecerle al Señor por cada bendición disfrutada, aun cuando sea de corta duración. Hagámoslo y permitamos que sea El quien llene nuestros corazones de santa expectativa para nuestro mañana.

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