viernes, 6 de mayo de 2011

No te compliques la vida

Si la sencillez es una virtud, "¿porqué la capacitación de personal resulta tan complicada?". Parece que para ser un entrenador efectivo uno debe contar con una maestría en computación, otra en educación, además de una en psicología. Al leer cualquier revista o resumen de conferencias, se darán cuenta de lo mucho que ignoran. ¡Dios mío, qué complejidad!

Trabajo en una organización donde es responsabilidad del supervisor suministrar entrenamientos e información a localidades a lo largo del país. Y si el entrenamiento resulta complejo, ser un entrenador y un supervisor de tiempo completo lo debe ser más.

Como he trabajado con cientos de supervisores, he observado algún desarrollo en los capacitadores altamente calificados. De aquellos que se convirtieron, ninguno tenía un grado académico deslumbrante en diseño de educación o en comportamiento organizacional. De hecho el común denominador es que todos ellos tienden a ser muy sencillos y prácticos a su manera. La habilidad para dar una respuesta sencilla a una pregunta compleja es un don. No significa ser incapaz de tener un pensamiento complejo, sino de expresarse con claridad y precisión.

Sobreviví a varios de los capacitadores con éxito de la compañía (quienes también son supervisores de tiempo completo) y descubrí al mismo tiempo que algunos elementos de este sencillo lenguaje son muy simples en verdad. Algunos de ellos son:

Habla como una gente normal. El propósito de hablar es darse a entender. No se pregunta "¿Cuál es habilidad que tienes pensada como objetivo para un posterior desarrollo de personal?". Que tal si mejor preguntas: "¿Qué necesitas mejorar?".

Da una respuesta. Una táctica común en la capacitación es regresar la pregunta al que se encuentra capacitándose, de la siguiente forma: "¿Qué es lo que tú harías?". Puede ser efectivo a veces, pero puede llegar a ser incómodo después de un tiempo.

En ocasiones una pregunta requiere de una respuesta sencilla y apropiada; la forma más apropiada puede ser un sí o un no.

Permanecer en silencio. Hablar demasiado denota una desorganización en el pensamiento. "No complicarse la vida" significa decir lo que se tenga que decir en dos o tres oraciones. Si tienes que hacer un uso excesivo del habla, entonces quizá no puedas entender qué es lo que estas respondiendo o hacia adónde te diriges.

Dile a la gente lo que piensas. Si se hizo un buen trabajo menciónalo, déjaselo saber a la gente que participó en este trabajo. Y si no se hizo un buen trabajo, también dilo. No existe peor cosa que ser ultra diplomático, pues a nadie ayuda a mejorar.

Sé consistente. No fijes altos estándares irreales de rendimiento para alguien y bajos estándares que les causen vergüenza a otros. Aquellos que se desempeñan arriba del estándar deberían ser recompensados, no castigados por haber elevado el nivel. Al volver el estándar la medida del éxito, se simplifica lo que se espera de la gente.
Da sólo una buena razón. No des un millón de explicaciones de por qué algo se hace o por qué es importante. SI tú posees una buena razón, te puedes olvidar de todas las demás.

Actúa con rapidez. Si alguien necesita aprender una tarea o trabajo, no lo pongas en la agenda con una cita de cuatro horas para la siguiente semana. Explícaselo ahora.

Sé sincero. La gente percibe la diferencia entre un instructor que "tiene" que explicar algo a otro que "quiere" hacerlo. Utiliza tus palabras, no un guión que aparezca en un manual de capacitación.

Di "no lo sé". Más que formular una respuesta que suena bien pero no responde la pregunta que se te hizo, di "no lo sé", pero "seguramente lo puedo averiguar". Esto genera credibilidad.

¿Todo esto parece de sentido común? En eso consiste la belleza de la sencillez. En una era de especialistas, expertos y megadosis de información, la sencillez crecerá en demanda. La Sencillez podrá educar a las masas, mientras que lo complejo enviará mensajes por correo electrónico sobre la decadencia de las capacidades esenciales y sobre la necesidad de implementar estrategias independientes de desarrollo.

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