jueves, 5 de mayo de 2011

Comienza con tu veinte por ciento

A menudo sucede que una persona realiza su trabajo en forma muy eficiente y diligente, ya sea en lo laboral o en el hogar. Lo que hace, lo hace bien. Es una cualidad muy importante para tener éxito en lo que uno se proponga.
Sin embargo, puede llegar a sentir que trabaja mucho con pobres resultados. ¿Te ha sucedido? Tras una jornada de intenso esfuerzo, parece que nada importante ha sido hecho. Las tareas más necesarias una vez más no han podido completarse. Es una sensación o experiencia que de repetirse durante un tiempo largo produce desmotivación e, incluso, depresión. Puede también deteriorarse la imagen de sí mismo y el concepto que se tiene de sus habilidades y destrezas.
La causa de todo esto es que, si bien las actividades se han realizado muy bien, no eran lo que se necesitaba hacer. Muchos empleados trabajan bastante para encontrarse después que su labor no era lo que se requería y tienen que comenzar de nuevo, tras las correcciones y rectificaciones realizadas por sus jefes.
Te ahorras un enorme esfuerzo y tiempo si primero ocupas unos pocos minutos en preguntar a tus superiores lo que se necesita de ti y cuáles son las actividades más importantes del mes o del día. Muchas veces es conveniente que presentes en seguida un bosquejo, borrador o esquema de lo que has entendido que se te pide, para que tu jefe lo vea y haga las correcciones del caso. ¡Cuántas veces un buen empleado trabajó horas para presentar un escrito o diseño y encontrarse con que lo que se necesitaba otra cosa y tuvo que empezar de nuevo!
Eficacia y eficiencia. Administración del tiempoUna vez que has comprendido bien la o las actividades más importantes del día, comienza inmediatamente a realizarlas y ¡termínalas! Aprovecha toda tu energía de comienzo del día para hacerlo y tendrás al poco tiempo la satisfacción de haber puesto fin a algo importante. Luego, puedes dedicar el resto de tu tiempo disponible a otras labores que son necesarias, pero no tan fundamentales.
En tus proyectos también puede sucederte. Pasan los días, los meses y a veces los años sin lograrlos, pese a que te has esforzado mucho. También una de las causas suele ser no concentrarse en lo que es realmente necesario.
Es conocida la ley de Paretto o ley 20/80 que en términos simples establece: el 20% de los clientes de una empresa genera el 80% de las ganancias. El 80% de los clientes, genera solamente un 20% de los beneficios. Muchas veces se realiza un gran esfuerzo de mercadotecnia para llegar a todos los clientes, con resultados pobres. Paretto puntualiza que, especialmente cuando los recursos son escasos, conviene concentrarse en ese 20% de clientes importantes que son los que responderán masivamente adquiriendo los productos o servicios de la empresa.
Brian Tracy en su libro "Tráguese ese sapo" hace una interesante aplicación de esta ley. El 20% de tus actividades te producirán el 80% de los resultados que esperas. El 80% de tus actividades no son tan importantes y provocarán pobres beneficios. De modo que conviene dedicar unos minutos (que se recuperarán rápidamente después) para determinar cuáles son los objetivos o metas realmente fundamentales. Y a partir de esta elección, determinar cuáles son las actividades importantes del día, del mes y del año. Entonces, cada día comienza realizando ese 20% de actividades importantes, termínalas y verás que obtienes ya el 80% de beneficios y satisfacción. Apreciarás que en cada día has hecho algo realmente valioso para el logro de tus metas.

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